La llegada de la pandemia trajo un sinfín de cambios de hábitos y sin lugar a dudas lo que sucede en las farmacias no fue la excepción. Nuestros establecimientos se tuvieron que “aggiornar” a las nuevas formas de compras digitales de manera urgente para no perder terreno frente a otros servicios similares.
Sin embargo, el desconocimiento, las dificultades económicas y la legislación vigente hicieron que muchos de los colegas se encontraran ante la disyuntiva de subirse o no a la “era moderna”. En este contexto, la alternativa que se mostró como la posibilidad de no quedar “fuera del sistema” fueron los e-commerce de los laboratorios y droguerías. Pero, estas propuestas son ¿aliados o enemigos de las farmacias?
Repasemos experiencias
Droguería del Sud, con GPSfarma, fue una de las primeras compañías en crear un sistema de e-commerce. Fue en el 2016 cuando la firma lanzó su plataforma para estar presente en el canal digital. La iniciativa tenía como objetivo que las farmacias, que no cuentan con soporte propio para atender la dinámica de los nuevos consumidores pudieran tomar reservas por Internet y venderle a sus pacientes sin costos adicionales.
La novedad principal de esta estrategia es que el stock de la droguería se abre al público general, quienes ahora no tendrán que recorrer las farmacias para saber si se encuentra disponible la marca o presentación ya que el consumidor puede definir por Internet qué producto necesita y en qué farmacia prefiere retirarlo. Recién en el “punto de venta” se realiza el pago que no tiene recargos extras. Uno de los puntos que se marcan como centrales o beneficiosos de este nuevo sistema es que las farmacias no necesitan tener un stock inmovilizado en mercadería que no rota.
Asimismo, la droguería Suizo Argentina, lanzó en el 2019 su plataforma Farmaonline. Allí, los usuarios pueden comprar y pagar de forma remota y luego retirar los productos en alguna de las más de 800 farmacias adheridas de todo el país.
El mercado virtual de Suizo incluye más de 10 mil ítems distribuidos en 10 categorías. Además, la plataforma aplica múltiples beneficios con tarjetas de crédito, Mercado Pago y tarjetas de débito, lo que genera que el e-commerce se ponga cada vez más competitivo de la mano de las droguerías.
Por su parte, la droguería Monroe Americana lanzó bajo su sello la app Farma Touch, la que apunta a que las farmacias tengan un mayor nivel de interacción con sus clientes. El objetivo de esta aplicación es acortar la distancia entre la farmacia y sus pacientes. Farma Touch funciona como una app integral que permite a los usuarios realizar consultas habituales, tanto técnicas como referidas a los productos; compartir fotografías para solicitar una referencia en particular; a la vez que generar alertas para la toma de medicamentos y agendar otro tipo de recordatorios.
El principal objetivo de esta app es que las farmacias nos relacionemos de manera más directa con los pacientes y vecinos, una situación que se vio compensada con la incorporación del whatsapp en nuestros establecimientos.
Hasta allí todo parece color de rosa, pero sabemos que no todo lo que brilla es oro y una vez insertos en este sistema comenzamos a tener más dudas que certezas respecto a sus beneficios.
El trasfondo de la cuestión
Estas plataformas, que saltan varios eslabones de la cadena habitual de comercialización de un producto se encuentran en expansión y cada vez avanzan más sobre nuestra profesión. Un primer punto que resulta preocupante es que inicialmente se ofrecían servicios de perfumería o cosmética, pero con el correr de los meses comenzaron a incluir especialidades consideradas de venta libre o suplementos dietarios. Es en este sentido que nos preguntamos ¿es viable que estos productos se estén vendiendo de este modo por internet, solo con el justificativo de que una pandemia agilizó los procesos de compras on-line?
Pero sigamos demostrando que no todo lo que sucede en las plataformas son buenas noticias ya que, por ejemplo, si un cliente encarga un producto por estos medios y no lo retira, el farmacéutico debe cancelarlo de inmediato y en caso de no hacerlo, el pedido pasa a ser parte del stock de la farmacia aun cuando sea un insumo que no se comercializa de manera habitual. También, trabajar en estas modalidades implica hacer un cierre de liquidación de los productos, una factura a la droguería y así acumular burocracia a nuestra profesión.
Otra situación que se hace visible es que muchos usuarios que priorizan estos canales de comercialización comienzan a buscar los establecimientos que los brindan, dejando de lado las farmacias que se encuentran en su barrio y de este modo se va perdiendo el sentido de red sanitaria que tienen nuestras farmacias y por la cual tanto hemos luchado.
Y el último punto que queremos mencionar, y no por eso menos importante, se trata de la economía de las farmacias. En este sentido resaltamos que estas plataformas en general brindan una rentabilidad aproximadamente del 12%. Es decir que estamos trabajando de un modo que no es el adecuado para lo que nuestra profesión requiere por un monto que no muchas veces no sirve para recuperar lo que implica dejar de trabajar por los canales tradicionales. Ante esto nos cuestionamos ¿vale la pena que invirtamos tiempo, tecnología, recursos y personal para brindar un servicio que nos resulta deficiente?
A futuro
Luego de todo lo anteriormente descripto, nos parece fundamental plantear que nuestra mirada no sólo es crítica, sino que analizamos esta situación para poder abordarla de manera constructiva. Desde el CFLP hace un tiempo que estamos trabajando en la idea de armar una App propia que nos permita igualar a cada farmacia para incorporar un nuevo servicio rentable y acorde a la legislación, que además sea viable según las nuevas modalidades de comercio.