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No sólo se trata de la experticia de los farmacéuticos sobre los medicamentos, sino del servicio asistencial al paciente, más allá de la correcta dispensación.
Es lo que repetimos una y otra vez en los medios de comunicación: «…además de dispensar el medicamento, el farmacéutico indica cómo tomarlo, ayuda a no confundirse si el paciente tiene que tomar varios, además aconseja sobre los medicamentos sin receta y brinda asesoramiento en la promoción de la salud y en la prevención de enfermedades».
Eso que hacemos a diario en hospitales, farmacias y centros de atención,es lo que diferencia a esta enorme red de agentes sanitarios.
La cuestión es que nuestras necesidades profesionales exceden las fronteras argentinas y se encuentran en pleno debate en lugares como Italia, Inglaterra y España, país en el que se realizó el pasado 23 de octubre, el XIX Congreso Nacional Farmacéutico, que concluyó con «una declaración que recoge el compromiso de la Farmacia Comunitaria para mejorar la atención a los pacientes, apostando por la profesionalidad, la práctica asistencial, y el trabajo colaborativo con otros profesionales sanitarios».
Una Declaración con la que la Profesión Farmacéutica quiere avanzar hacia una Farmacia asistencial y renovada, respondiendo a los retos sanitarios actuales y a las necesidades sociosanitarias de los pacientes. Una Declaración que en su punto 7 (ver imagen) recoge la importancia de promover el Desarrollo Profesional Continuo y apoyar a las Universidades para que los contenidos de la formación de Grado contemplen y se adapten a la práctica asistencial orientada a las nuevas necesidades de los pacientes.
El XIX Congreso Nacional Farmacéutico (Córdoba del 22 al 24 de octubre de 2014), se convirtió en el escenario perfecto para presentar un documento que deberá ser puesto en práctica y desarrollado durante 2015: la ‘Declaración de Córdoba’ (ver aquí).
«Es el compromiso de la farmacia comunitaria para mejorar la atención de los pacientes, apostando por la profesionalidad, la práctica asistencial y el trabajo colaborativo con otros profesionales sanitarios; en un marco de sostenibilidad y certidumbre», manifestó Carmen Peña, presidenta del Consejo General.
Pero mientras los colegas españoles hablan de participar en la e-Salud (término referido a la salud apoyada en nuevas tecnologías de información) o impulsar el acceso de los boticarios al historial farmacoterapéutico del paciente o defender la planificación de la red asistencial de farmacias o los criterios de viabilidad económica y de propiedad-titularidad nosotros agotamos los debates en reclamos a la Industria Farmacéutica, a las obras sociales, a las droguerías y a nuestro colegio profesional.
Impulsar el servicio farmacéutico también nos habilita para hablar de un acceso al medicamento efectivo y equitativo, para tratar de recuperar el debate sobre la propiedad/titularidad de las farmacias y para recordarle a nuestra autoridades que no sólo esperamos que nos defiendan frente a la irregularidades, también queremos mantengan al farmacéutico y la farmacia siempre participando allí donde se haga política sanitaria y dentro de esta, política farmacéutica.
Desde el CFLP seguiremos impulsando acciones para que las Instituciones farmacéuticas, de las que todos somos parte, actúen en consecuencia.
Nuestras entidades son justamente, los espacios más valiosos para promover estos valores.