En la calle 4 y 79, en una esquina de Villa Elvira, se encuentra la Farmacia Notte. Hace 45 años que abrió sus puertas y aún sigue en el barrio atendida por el propietario de la misma,  el Farmacéutico Antonio Notte y su familia.

“Yo empecé estudiando en 1967 Bioquímica, pero como trabajaba y estudiaba decidí pasarme a la carrera de Farmacia. Eso fue en el año 1970, donde me reconocieron algunas materias como equivalencias. En ese entonces la carrera tenía 19 materias en total y todas ellas eran anuales y en cuatro años me recibí, así que el cambio me vino muy bien”, comienza recordando Notte.

“Me recibí en marzo de 1974 y el 24 de octubre de ese mismo año, abrí mi propia Farmacia en este lugar que era propiedad de mi padre. Fue mi primer trabajo estable, porque antes había trabajado de cadete en una casa de música y luego de ayudante en un taller mecánico”, continúa.  “En mi farmacia –recuerda- si revisamos el libro recetario, la primer semana no tuve ninguna receta. Recién la primera fue el 2  de noviembre y mi primer turno lo realicé el 5 de noviembre, a los pocos días de haber comenzado esta nueva etapa”.

“Cuando abrí, la cooperativa Platafarm me otorgó un crédito y me trajo 7 cajas de medicamentos con las que me tuve que arreglar. Como no tenía mucho trabajo, a los dos años tuve que volver a refinanciar la deuda, porque se calculaba que una Farmacia con actividad normal, en dos años ya podía cancelarlo, pero acá la situación era muy diferente. Eran todas calles de barro y por eso no circulaba mucha gente o no venían  de las grandes avenidas cercanas que eran la 1 y la 7 por lo que mis únicos pacientes eran  la gente del barrio  a los que fui acompañando, asistiendole profesionalmente  y  sacándolos del paso, metido en el barrio, haciendo Patria”, asegura.

Vocación de servicio

“La gente respeta mucho el ámbito Farmacéutico, más cuando vos la asesorás, la aconsejás, le preguntás. Acá nosotros somos muy atentos con los pacientes. De todos modos eso es algo que pasa en un barrio, ya que  en una Farmacia  del centro el 50% es gente que no es habitual de la misma  y entonces es un trato más distante, pero acá es una convivencia diaria”, describe Antonio.

“Uno sale de la Facultad sabiendo el 100% de lo que te enseñaron. Tal vez ahora  sepa el 20% de eso, pero sí sé que he aprendido el 80% de otras cosas que me fue dando la profesión. En la actividad diaria vas cambiando la literatura Farmacéutica por la experiencia en el mostrador” afirma el Farmacéutico de Villa Elvira.

Su desempeño al frente de distintas entidades farmacéuticas

En el año 77, cuando hacía tres años que estaba trabajando en su Farmacia, a Antonio lo convocaron para ser parte de la Cooperativa Platafarm. Comenzó como último Vocal y llegó hasta Tesorero. Después estuvo en el CFLP y fue Presidente del mismo. También, tuvo representación como Vocal Suplente en Fecofar. En AMAR se desempeñó como Presidente y también ocupó cargos como Vocal en AMFFA.  “Todos estos cargos, fueron entre 1977 y 1995. Y la verdad que fue de mucho aprendizaje personal”, relata.

“Durante mi vida Farmacéutica, las organizaciones sufrieron muchos cambios. Cuando yo me recibí en el año 74, el Colegio de La Plata funcionaba en una oficina cedida por Provincia, pero en los  siguientes años de la mano de un grupo de Colegas como Pipo Lissa, Salomon Kaufman, Pedro Alberti, Daniel Rodríguez, Delia Borzi y Justa Mouzo, entre otros, se compró el edificio de Diag. 75, que luego se remodeló a lo que es hoy. Luego surgió la idea de crear una mutual Farmacéutica y así  nació AMFFA. Después, se compró el Club de Campo de Arturo Seguí y también se creó la Caja de Farmacéuticos. Es decir que se creció mucho en instituciones que defienden a los Farmacéuticos”, explica.

Hay un futuro

“A mi hijo Diego, le faltan un par de materias para ser Farmacéutico, así que creemos que la Farmacia va a continuar teniendo futuro. Y eso es muy gratificante porque he visto a Colegas que o trabajan hasta edades avanzadas o los que están próximos a jubilarse se deprimen o desaniman porque toda esa vida de sacrificio desarrollada dentro de la Farmacia queda perdida al tener  que vender la Farmacia por no tener sucesor en la familia”.