El pasado viernes Ricardo Tiscornia trabajó por última vez en nuestra filial. Tras 25 años de servicio ininterrumpido una de las “caras más visibles” del Colegio se jubiló de nuestra planta de empleados.

Sus años mozos

Su carrera laboral había comenzado a los 14 años en Bonafide como cadete, luego pasó a desempeñarse en una fábrica de jeans, la Cámara de Senadores de Buenos Aires y en el Centro de Retirados de la Armada.

Su incursión en el mundo farmacéutico empezó en AMAR, para luego llegar a formar parte de nuestra casa. “Cuando empecé en el Colegio trabajaba en la venta de medicamentos oncológicos para farmacéuticos de DROFASA, ahí estuve unos 4 años hasta que un día me pasaron a Mesa de Entradas y ya quede para siempre”, cuenta Ricardo.

Hoy, a los 66 años repasa con cariño todo el tiempo vivido en la filial, aunque sin dudarlo manifiesta que uno de los momentos más felices fue la llegada de su hijo Luciano. Fue, también en esa ocasión donde tuvo una de las anécdotas que más recuerda de sus años como trabajador.

Cuando Mirta tomó licencia para quedarse con el niño en la casa, Ricardo fue designado a la Secretaria para “cubrir” a su esposa. “Solo me gustaba atender el teléfono, pero escribir notas, hacer actas o ayudar en las reuniones, no. Estuve como 30 días en Secretaria por única vez”.

“Yo siempre me consideré un administrativo de carrera, no soy de Comisión. Siempre los atendí igual cuando están en Comisión, cuando se van, porque la Comisión pasa y ellos vuelven a ser farmacéuticos comunes y nos encontramos en la ventanilla como siempre”, relata Ricardo al ser consultado por su trabajo en la filial.

La despedida

“La decisión de jubilarme la tomé yo, aunque me gusta trabajar. Pero la verdad que ya estaba cansado” manifiesta, al tiempo que agrega “igual voy a seguir en contacto con la filial, voy a seguir viviendo todos los días a acompañar a Mirta”.

Ahora, con más tiempo libre, Ricardo ya repasa lo que va a hacer en su día a día. “Yo soy muy sencillo, me gusta mucho caminar, correr, estar al solcito, acompañar a Luciano que empezó con sus estudios en la Universidad. A mí me gustan las cosas simples, así que algo de eso es lo que voy a hacer”.

Sin dejar pasar la oportunidad, nuestro ex-empleado deja su mensaje para todos nosotros. “Yo deseo que el Colegio dure para siempre, porque es muy importante para los jóvenes, los más grandes y los que se están por jubilar”.

Y rápidamente apunta, “no me he despedido de muchos farmacéuticos, pero tengo ganas de decirles a todos GRACIAS por tantos años compartidos”.