Otra vez nuestra farmacias deben pagar por la falta de previsión de las droguerías y la dirigencia farmacéutica.
La falta de compromiso de los dirigentes es parte de este problema recurrente.
Ocurre que mientras la Presidente del Colegio y gran parte del Consejo Directivo están de campaña electoral, los farmacéuticos debemos hacer frente al conflicto sin la intervencion del Colegio Central.
Para agravar la situación que se desató la semana pasada, las autoridades intermedias debimos anoticiarnos a través de los fleteros sobre lo que estaba sucediendo.
Cuando lo dirigentes de las filiales pedimos explicaciones a la entidad provincial, sólo obtuvimos una amable respuesta del personal administrativo, por lo que debimos consultar con nuestras droguerías.
La noche del martes 2 de junio, anterior al agravamiento del conflicto, algunas droguerías publicaron un aviso en sus sitios de internet deslindando responsabilidades y durante el día miércoles reenviaron el comunicado que salió tardíamente del Colegio provincial a las 14 horas.
Por eso la farmacia además de afrontar el conflicto en el mostrador, debió comunicarse a traves de las redes sociales con otras farmacias para solucionar las faltas.
Claro que estas acciones solidarias entre colegas para nada resolvieron la situación.
Hubo muchos casos de dispensa de insulina que no podían efectuarse y que debieron resolverse individualmente, con el stock disponible entre colegas.
Como se trata de una cuestión recurrente (crisis similares ya sucedieron en 2007 y 2011), no preguntamos: ¿cómo es posible que a esta altura no se haya establecido un mecanismo para intervenir legal y logísticamente desde la entidad farmacéutica?
Lo que queremos, lo que necesitamos es un sistema de distribución alternativa frente a una situación de crisis como esta.
Necesitamos que se garantice un servicio mínino para las farmacias de turno y que se cumpla la resolución del Ministerio de Salud provincial que ordena la reposición de la droguerías los fines de semana.
Desde nuestra filial estamos solicitando a las distintas droguerias que se priorice el reparto a los colegas que están de turno hasta la solución del conflicto.
Es importante señalar que en el resto de la provincia, las empresas de la distribución pudieron mantener la reposición con normalidad, ¿por qué no se hizo lo mismo con el conurbano?
Nos preguntamos: ¿por qué el Colegio Central hace silencio frente a esta situación, por qué se demoran en responder en nuestra defensa o por qué sólo se envían comunicaciones internas y no se le da visibilidad al conflicto en los medios de comunicación?
Mientras seguimos mirando hacia Capital esperando que las Droguerías solucionen los problemas económicos con sus trabajadores, nosotros recibimos la peor parte: desabastecimiento, contracción del trabajo, reposición en condiciones desfavorables e incompleta, imprevisibilidad y falta de información certera de nuestros representantes.